sábado, 10 de agosto de 2013

Literatos Europeos

Johann Wolfgang Von Goethe
 28 de agosto de 1749, en Fráncfort del Meno, Hesse, Alemania – 22 de marzo de 1832, en Weimar, Turingia, Alemania
Poeta, Novelista, dramaturgo y científico alemán
Espíritu y esencia en el romanticismo el cual ayudó a fundar.
Dentro de sus obras encontramos  Fausto la mejor obra dramática de Goethe donde es una leyenda clásica alemana, y su personaje principal es Fausto en el cual se desarrolla la historia cuando el intercambia su ala por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. 
Fue en la Revolución Francesa donde comienza hacer el primero borrador de Fausto, donde Goethe ofrece al mundo su personal visión de los sucesos que por entonces sacudían a Francia y a Europa: subraya lo que para él constituían sólida virtudes de la burguesía alemana.
Esa inquietud de Goethe por referirse a la realidad de su época es, obviamente, producto del agitado momento político que vive Europa: desplazamiento de la hegemonía mundial de España a Francia, iniciación del proceso que consolidaría al imperio alemán, crisis de la concepción de estado, revaloración crítica de las relaciones y estructuras sociales y económicas.
En buena medida, Fausto refleja el curso de la vida del propio Goethe. La primera parte de la tragedia vigorosa, fuerte, colorida, muestra un Fausto preocupado especialmente por saciar sus sentidos y seducido por el demonio, que le promete riquezas, juventud y poder.
Fausto, rejuvenecido, trata de conseguir su objetivo terrenal, soslaya el amor (Margarita) y se entrega totalmente al diablo. La propia estructura de esta parte, dinámica y en algunos momentos vertiginosos, alude a la impaciencia juvenil de Goethe quien, también como Fausto, buscó, agitado, inquieto, en la primera etapa de su vida, saciar sus aspiraciones y sentidos terrenales.
En la segunda parte Goethe, más viejo, más sabio y menos crédulo, da forma a una tragedia densa, lenta y reflexiva , como fue la última etapa de su vida. Aquí la referencia autobiográfica trasciende del caso particular del propio Goethe y se hace más amplia y totalizadora. El simbolismo no alude ahora solo a Goethe: apunta también hacia todos los hombre, a la humanidad en su conjunto.



Fragmento Fausto Acto I
CORO DE LAS MUJERES 
Con perfumes y ungüentos lo embalsamamos. 
Nosotras, sus fieles, allí lo dejamos. 
Con vendas y lienzos, pulcro, lo envolvimos. 
Mas, de vuelta al Sepulcro, a Cristo no vimos.



Fragmento Fausto Acto III
CORO A HELENA
No desdeñes, magnífica mujer, 
la posesión del noble bien supremo, 
para ti será la mejor fortuna: 
la suprema fama de la belleza. 
Al héroe, el nombre siempre lo precede 
y así avanza lleno de altivez, 
pero el hombre más recio se doblega 
ante tu belleza subyugadora. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario